jueves, 22 de abril de 2010

Confianza, comunicación, autoconocimiento: La Ventana De Johari.

Bueno ante la falta de... digamos tiempo, por no complicarlo demasiado, pego otro de mis trabajos de los que tanto les gusta mandarnos desde psicopedagogía.


LA VENTANA DE JOHARI

Conocía la ventana de Johari desde hace unos años. Su entendimiento me atrajo mucho desde primera hora y su técnica la he estado haciendo práctica en el terreno diario en la medida en que mi conciencia y miedo me lo han permitido. El modelo de la ventana de Johari es una matriz de conocimiento del Yó e de la interrelación con las demás personas.

La ventana es una representación del yó de cada persona, y este se divide en cuatro sub-ventanas que se pueden ir abriendo o cerrando. La apertura de una, recorta a alguna de las otras, pues la esencia del yó esta limitada y es una, conocida o desconocida.

Las cuatro ventanas son: la ventana de lo abierto , oculto, ciego y desconocido.

Básicamente lo abierto se refiere a lo que conozco de mí y que también conocen los demás. Es decir los rasgos externos visibles, y la parte interna que conozco y además me atrevo de expresar de modo que puedan percibirlo los demás. Así el color de mi piel, la ropa que llevo, como los opiniones que pueda comentar y sentimientos que exprese estarían en esta ventana.

El área oculta incluye todo lo que el sujeto que conoce sobre sí mismo pero que los demás ignoran. Aquí podrían fácilmente aparecer todo aquello que es difícil de comunicar, como opiniones privadas, preferencias ocultadas, sentimientos, experiencias íntimas…

El área ciega esta constituida por todo lo que los demás ven de un sujeto pero que éste ignora. Todo aquello que conforma la impresión que causamos a los demás y que comunicamos en nuestra forma de ser y de comportarnos a través de gestos e impresiones. Por ejemplo la otra persona podría darse cuenta de sentimientos de inferioridad o frustraciones que negamos.

El cuadrante desconocido incluye todos los aspectos que el propio sujeto ignora y los demás desconocen. Vivencias, instintos, contenidos de conciencia, experiencias reprimidas u olvidadas. Todo aquello que pertenece al terreno del inconsciente.


Con todo esto tenemos una matriz muy ilustrativa y sencilla para expandir nuestro autoconocimiento. Para ello las ventanas se abren y cierran como he explicado. De modo que podríamos de modo muy general hacer cuatro modelos tipificados e inscritas en 3 tipos de persona o personalidad. Y su gráfico de la ventana serían estos:

1)
Si coincides con esta ventana, eres una persona abierta a escuchar a los demás, pero reacia a mostrarte. Algunas personas pueden ser misteriosas y estar llenas de secretos.

2)
Si esta es tu ventana, te cuesta aceptar las criticas y a veces puedes llegar a romper vínculos por opiniones de los demás , que consideras injustas y hostiles.

3)
Esta ventana corresponde a personas que no quieren mostrarse ni se interesan por los demás. Es la ventana de personas miedosas, deprimidas o atraviesan duelos o grandes cambios.

4)
Por último, esta es la ventana que a todos nos gustaría tener, es luminosa y corresponde a personas libres, auténticas y abiertas. El YO LIBRE es grande, el YO NEGADO es relativamente pequeño, se queda un pequeño espacio para el YO SECRETO , y un pequeño YO OCULTO que nos queda por descubrir.


Esto es lo básico del modelo de Johari, datos técnicos y origen histórico me resulta irrelevante así que lo obviaré. Desde esta técnica se pueden llevar a cabo muchas intervenciones en el plano de la psicoterapia. Desde un punto de vista psiquiátrico o médico, o para no arriesgarme, lo definiré como personal y reduccionista existen dos tipos de personas, y en este caso pacientes. Los que poseen algún tipo de trastorno neurótico, y los “acongojados”.

Los “acongojados” son personas acojonadas, o dominadas por el miedo debido a causas propias de la persona, pero en gran medida, y es lo relevante para nuestra propuesta, por causas sociales o aprendidas. Bien, pues la propuesta del último tipo de ventana en que se consigue expandir el área libre o abierta, es en gran medida el enfoque de un gran número de intervenciones de psicoterapia. Obviamente los programas van mucho más allá, teniendo en cuenta el desarrollo emocional, cognitivo, conductual y espiritual de los pacientes. Y teniendo en cuenta la especificidad del tratamiento ajustado a cada caso.

Pero la apertura de la ventana Libre supone en mi opinión el desarrollo de todos los planos del individuo mencionados. La expresión personal, la comunión con tu mundo, el descubrimiento de la conciencia… de forma más operativa: satisfacer tus necesidades de expresión, con la palabra, la creación, el sentimiento… para quien este dispuesto a recibirlo, que suelen ser más de lo que los “acongojados” creen. Así se reduciría el área oculta. Escuchando a los demás con talante autocrítico aunque sin magnificar tus responsabilidades, tendencia también muy probada en los “acongojados”. Así reduciríamos el área ciega, alimentando como del otro modo, el área abierta y visible de lo auténtico. Con la aceptación del yó, los mecanismos de defensa se van derribando y poco a poco el inconsciente deja de gobernarnos con tanto énfasis, para lograr así una mayor conciencia de nosotros. Es entonces cuando tu ser, que nunca dejo de serlo, luce.

Con unos amigos pude llevar a cabo una dinámica sobre la ventana de Johari en la que hablamos todos un poco de nosotros mismos, y pudimos expandir nuestra ventana. Además llevamos a cabo un ejercicio muy sencillo, que aunque no muy científico, al menos a los que estuvimos allí nos represento con bastante precisión. Se trataba de elaborar nuestra propia ventana de Johari en el estado actual en que nos encontrábamos. Para eso paso a explicar el ejercicio:

Dibujaremos primero un cuadrado, no importa el tamaño. A cada una de las preguntas le tendremos que dar un valor de 1 a 100, no siendo válida la puntuación 50, ya que la perfección no existe. 1ª pregunta: ¿Cuánto te importa lo que los demás digan de ti? “los demás” no consideraremos ni a familiares ni amigos íntimos. Recuerda hay que ser honesto. Bien, considerando de 1 a 100 de izquierda a derecha, haz una marca en el lado superior del cuadrado y prolóngala con una línea hasta el lado inferior.2ª pregunta: ¿Cuánto te animas a decir lo que opinas, le moleste a quien le moleste?
Con nuestra puntuación, esta vez haremos una marca en el lado izquierdo, considerando de 1 a 100, de arriba abajo, y la prolongaremos con una línea hasta el lado derecho.



Adrián Bejines Morales, 1PS1.